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Agricultura y Riego

Beneficios de producir leguminosas

producir leguminosas

Al producir leguminosas el medio ambiente se ve beneficiado. Ayuda a contrarrestar el deterioro de los suelos. Las leguminosas se pueden adaptar a diferentes climatologías, aportan nutrientes a los ecosistemas biológicos, fijan el nitrógeno, mejoran las tierras de labor…

Producir leguminosas fija de una forma natural el nitrógeno atmosférico y hace solubles los iones de fosfato de elementos como los fosfatos de calcio y de hierro. ¿Y cómo? A través de ciertas bacterias llamadas rizobios que forman módulos en la raíz de las plantas.

Ejemplos de leguminosas

Guisantes

Los guisantes para producción de forraje son variedades afilas que generan plantas erguidas y aireadas. Son fáciles de controlar y requieren de humedad para su nacimiento y crecimiento natural, aunque después, si la primavera es lluviosa y la tierra retiene bien la humedad (sin encharcamientos), puede que no necesite riegos adicionales para su desarrollo final.

Habas

Las plantas de habas y habines forrajeros, se adaptan fácilmente a distintos tipos de climas, agradecen los suelos francos y franco arcillosos y también requieren de humedad para comenzar a desarrollarse (por supuesto evitando los encharcamientos). Sin embargo, no es una planta exigente con el agua. Hay que tener en cuenta que en su desarrollo es muy especial y determinante la etapa entre floración y cuajado del fruto.

Soja

La soja forrajera o soja perenne sólo exige humedad en su inicio natural, adaptándose fácilmente a terrenos húmedos o secos. Aguanta periodos de falta de agua e incluso tiene la capacidad de refoliación, esto quiere decir que puede producir nuevas hojas tras haberlas perdido por motivos de estrés.

Como con todas las plantas, es determinante controlar la humedad del suelo durante los distintos ciclos de crecimiento. Por este motivo es importante la agricultura de precisión que aporta al agricultor información precisa para mejorar la producción y calidad de los cultivos.

Cabe destacar como imprescindibles los sensores de humedad que informan sobre la humedad del suelo a diferentes profundidades, ofreciendo también datos del contenido volumétrico de agua.

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