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Agricultura y Riego

Cultivo de olivos en super intensivo

cultivo de olivos

El cultivo de olivos en super intensivo crece cada vez más. Es por ello que está siendo investigado por la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Zaragoza, en campos agrícolas de Huesca. Los investigadores están trabajando en el manejo de este cultivo, contando con cuatrocientos ejemplares de seis variedades comerciales diferentes de olivo plantadas en seto. Están elaborando diversos estudios sobre los distintos parámetros de producción, efectuando comparaciones con el modelo de producción de olivos plantados en vaso.

Han optado por variedades comerciales en lugar de por variedades autóctonas, por una cuestión de vigor.

El modelo de cultivo de olivos en super intensivo se puso en práctica hace ya unos 30 años. Esta forma de cultivar destaca por las siguientes ventajas: reducción de costes, mayor rendimiento de producción y menor necesidad de mano de obra, (una cuestión importante dada la difícil situación actual para encontrar trabajadores en el campo).

Esta modalidad de cultivo depende también en gran medida de las condiciones del terreno. En zonas con orografía compleja, el modelo super intensivo no es la alternativa más adecuada.

Cultivo de olivos con máquinas cabalgantes

Este sistema de cultivo super intensivo plantado en seto permite acoger 2.000 árboles por hectárea, en lugar de los 300 que permite el cultivo tradicional, con el fin de poder cosechar con máquinas cabalgantes. Se trata de máquinas similares a las que se utilizan en la vendimia, con la diferencia de que las empleadas en el olivo se adaptan para alcanzar una mayor altura. Esta maquinaria es productiva durante cuatro o seis meses cada año, en lugar de serlo solamente duranta dos meses, como ocurre con el cultivo tradicional, mejorando así su rendimiento.

El Banco de variedades de olivo de Huesca incluye un centenar de ejemplares de 50 variedades, entre ellas 32 propias de la provincia de Huesca. Este territorio, por su diversidad de ambientes, condiciones climáticas y alturas entre el Valle del Ebro y los Pirineos, cuenta con una gran diversidad de olivos: la Alquezerana o la Mocheta, (Somontano), la Royeta o la Gordera, (Abizanda), la Rañinera, (localizada en Sobrarbe o Ribagorza), la Alía o la Albás, (de la zona oriental), la Royeta, (Asque), o el Olivonero, (Ayerbe y el Picudo de Ibieca). Estas variedades son algunas de las allí conservadas sobre las que se estudian sus características agronómicas y sus posibilidades productivas.

La investigación que está llevando a cabo este centro incluye la valorización de las oliveras del Alto Aragón, monumentalidad, ADN, reproducción y calidad del aceite. En los últimos años han recibido aportaciones económicas para sus prácticas docentes y para sus investigaciones, de los Premios Félix de Azara de la diputación altoaragonesa.

Datos de producción del olivar aragonés

En el año 2023 el olivar aragonés experimentó una producción de 67,6 millones de kilos de olivas, en cerca de 52.000 hectáreas de superficie de cultivo. Esta nueva modalidad de plantación va a contribuir a otro de los objetivos de la Escuela Politécnica Superior, que es el de ampliar la cultura de la oliva y del aceite.

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