Evitar las pérdidas de agua para riego
En el riego por aspersión con sistemas Pivot siempre se persigue el objetivo de ahorrar agua y energía. Tratando de transportar la mayor cantidad de agua posible hasta la zona radicular de la planta, minimizando las pérdidas.
Las pérdidas de agua para riego en Pivotes centrales pueden ocasionarse en las conducciones, en el propio terreno o a causa del viento.
Pérdidas de agua para riego
Pérdidas de agua en la conducción
A lo largo de la conducción hidráulica, desde la fuente de agua hasta los emisores, pueden surgir fugas. Ya sea en las tuberías de la red de suministro o en los distintos componentes del sistema Pivot (juntas, uniones de tramo, válvulas de drenaje…)
Es complicado detectar las fugas en las tuberías subterráneas, sobre todo si no se trata de fugas demasiado evidentes. El uso de caudalímetros en las salidas de las bombas y en la base de los sistemas Pivot es muy recomendable, para detectar las posibles pérdidas.
Las fugas y pérdidas en los componentes del Pivot son más fáciles de identificar a simple vista. Puede tratarse de pérdidas de agua causadas por el desgaste, la corrosión, o el mal funcionamiento de determinados componentes. Como por ejemplo las válvulas de drenaje, que deben retener el agua cuando existe presión de trabajo. Aunque las pérdidas de agua asociadas a componentes del Pivot se producen dentro de la finca, se consideran pérdidas, ya que en la mayoría de los casos el agua no llega al cultivo a causa de la escorrentía superficial o por su movimiento por debajo de la zona radicular de las plantas.
Cuantificar las pérdidas de agua para riego en instalaciones con Pivots no es una tarea simple. Dependerán de la antigüedad de la tubería y del Pivot, de la calidad del agua y del mantenimiento que se efectúe periódicamente a la máquina.
Pérdidas de agua para riego por efecto del aire
Estas pérdidas se producen tras salir el agua de las boquillas y antes de llegar al suelo y a la superficie de los cultivos. Las principales pérdidas por aire tienen lugar por la evaporación de las gotas o por la dispersión por el viento. A diferencia del agua evaporada, el agua que se dispersa por el viento no se considera pérdida salvo que aterrice en otro campo contiguo. Sin embargo, incluso cayendo en la propia finca, la uniformidad de aplicación se verá afectada, pudiendo provocar un riego excesivo o insuficiente en determinadas zonas del campo.
Los sistemas con exceso de presión generan gotas demasiado finas que pueden evaporarse o ser arrastradas por el viento con más facilidad.
La instalación de bajantes que apliquen el agua más cerca de la superficie del suelo, minimizará estos problemas de evaporación y dispersión por viento.
Pérdidas de agua en el terreno
Se producen por escorrentía superficial o por movimiento del agua para riego por debajo de la zona radicular. Es decir, por percolación profunda. En ambos casos el agua aplicada no alcanza el sistema radicular, perdiéndose para el cultivo. La escorrentía superficial se genera cuando la tasa máxima de aplicación de agua es mayor que la velocidad a la que el agua puede infiltrarse en el suelo. La escorrentía también puede generarse en las pistas de las ruedas, donde el suelo se encuentra más compactado. Mantener secas las roderas por donde transitan las ruedas utilizando sistemas de huella seca evitará la escorrentía y la formación de surcos profundos.