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Agricultura y Riego

Calidad del riego

calidad del riego

Buscando niveles máximos de eficiencia y calidad del riego se ha realizado un estudio que ayude a determinar la cantidad de agua necesaria para la producción óptima de un cultivo determinado.

La zona donde se efectúa la investigación todavía está en su primera temporada de crecimiento. Y va siguiendo un modelo de dos configuraciones casi idénticas que se establecieron en otras áreas en los últimos dos años.

El área del proyecto de cada finca se distribuye en una cuadrícula, con un sistema de riego lineal que atraviesa parcelas rectangulares de alfalfa y maíz.

Los investigadores explicaron a un grupo local de agricultores y otros agentes involucrados en la industria agrícola varios tipos de sistemas de suministro de agua y su eficacia.

También están analizando si es posible obtener rendimientos normales de los cultivos con una reducción de la aplicación de agua.

Cómo mejorar la calidad del riego

La investigación detalla las siguientes posibilidades para optimizar el uso del agua:

  • Usar el mejor sistema de riego posible.
  • Usar genética, incluida la genética tolerante a la sequía en algunos casos.
  • Reducir la labranza para mantener más humedad en el suelo.
  • Cubrir los cultivos y otras prácticas de gestión.

Además de los diferentes sistemas de distribución del agua, la investigación también estudia otros agentes que humedecen el suelo. Y la viabilidad de cultivos de forraje alternativos como el sorgo y los pastos.

Se sabe que las tecnologías avanzadas de aspersión como los bubbler o las tuberías de goteo que se han instalado en los sistemas Pivot tradicionales, son buenas. En la mayoría de los casos contribuyen a ahorrar agua. En cuanto a la genética de cultivos, realmente no se ha visto ningún beneficio real por tener cultivos tolerantes a la sequía.

Un hallazgo interesante de esta investigación es que no parece haber una diferencia apreciable en aquellos cultivos a los que se les redujo el agua a la mitad pero cuyos caudales se distribuyeron en las etapas específicas de crecimiento frente a una simple reducción de agua del 50%.

Aplicar la cantidad correcta de agua, significa aportar el agua suficiente a las raíces, pero regando tanto como sea necesario y tan poco como sea posible. Cuando hay un acolchado o materia que cubre el suelo debemos penetrar y no realizar un riego demasiado escaso.

Los cultivos requieren humedad en la tierra, sobre todo hasta su madurez. Como por ejemplo la formación de raíces y bulbos (zanahorias, patatas), hoja (albahaca), cabezas (coliflor, lechuga) o fruta (tomate y otras frutas). Pero antes de derrochar agua es mejor regar de forma repetida por partes.

Cuando el suelo está frío, por la tarde o noche, se evapora menos que cuando el suelo está caliente durante el día y las plantas pueden abastecerse de agua antes de que llegue el calor del día siguiente.

Los aspersores más eficientes pueden marcar la diferencia: ahorran agua, evitan el exceso de pulverización y evitan la evaporación.

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