Conservación de la patata

Publicado el 30 de abril del 2015 en la categoría Producción agrícola

cómo conservar las patatas

Tras el esfuerzo de producir cultivos de calidad, se debe prestar atención a los pasos siguientes, como la manipulación y el almacenaje de los frutos una vez cosechados.

Para preservar la máxima calidad del producto hay que seleccionar y comercializar de forma inmediata tras la recolección, garantizando las mejores prestaciones para el consumidor.

En el caso concreto de las patatas, ya sean para su comercialización o para utilizar como semilla en ciclos nuevos de cultivo, pueden surgir ciertos casos en los que haya que almacenar patatas durante un tiempo, bien por razones de mercado o en el caso de la papa destinada a siembra, por razones de incertidumbre o falta de predicción climatológica. Una mala conservación de la patata podría producir una pérdida rápida de calidad y por tanto del valor del producto o en el caso de pretender usarla como semilla, poner en peligro la productividad de la siguiente cosecha.

Cómo guardar las patatas

Almacenar patatas requiere de un control exhaustivo y concretamente, de cuatro factores fundamentales: humedad relativa, luz, temperatura y ventilación.

Humedad relativa

La patata requiere en su almacenaje de una humedad relativa alta de entre el 90 y el 95% para conservar su calidad y su firmeza. En el momento en que la humedad relativa es inferior al 90% la pérdida de peso aumenta considerablemente.

Luz

Los tubérculos deben almacenarse en la oscuridad, lejos de la luz. Expuestos a la luz se vuelven verdes, esta coloración es clorofila e indica que en la patata empieza a formarse un compuesto llamado solanina que puede ser tóxico consumido en grandes cantidades.

Temperatura

En la conservación de la patata, la temperatura ideal debe oscilar entre los 4ºC y 7ºC. El calor durante el almacenaje aumenta la transpiración y la respiración incrementando la pérdida de agua. Temperaturas elevadas pueden producir la germinación, reduciendo de este modo la calidad de los tubérculos. Por contra, temperaturas demasiado bajas pueden cambiar su color a gris o negro reduciendo su calidad y vigor.

Ventilación

Por último, la ventilación es fundamental en su almacenaje. El movimiento del aire ayuda a mantener la temperatura y la humedad deseadas y evita la aparición de hongos y bacterias; una buena aireación contribuye a evitar que se forme condensación en el almacenaje.

En general, las patatas deben ser almacenadas en lugares bien ventilados, frescos, oscuros y húmedos. Evitar la pérdida excesiva de humedad o el encogimiento y la pudrición de los tubérculos, requiere el control en su almacenaje de estos elementos críticos: la temperatura ambiente, la humedad relativa, la entrada de luz y el movimiento de aire.

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