Invertir en energía solar en el campo
Una inversión inteligente en agricultura, y más concretamente para los regantes, consiste en las placas para producción de energía solar en el campo. Energía que pueden destinar a la alimenatación de los bombeos, de los Pivots o de los sistemas de riego en general. Es una inversión respetuosa con el medio ambiente, que mejora el panorama energético futuro de las explotaciones.
La evolución tecnológica ha colocado a la energía fotovoltaica en una posición dominante también en el sector agrícola.
La instalación solar funciona siempre, aunque el productor agrícola solo riegue durante parte del año. Para la soja, el maíz o cualquier otro cultivo, la temporada de crecimiento es de aproximadamente 5 meses, de los que se riega aproximadamente 2 meses. Una instalación solar permite vender la energía excedente generada, reduciendo los costes energéticos durante toda la temporada de riego. La energía solar es una inversión inteligente porque reduce los costes operativos de la explotación, incrementando la competitividad en el mercado.
Además de las aplicaciones en el riego, hay muchas otras razones convincentes para que los productores se involucren con la energía solar en el campo. Un ejemplo es la energía solar térmica para la calefacción por suelo radiante en granjas y talleres. En las naves grandes, al calentarlas, todo el calor sube al techo. Sin embargo, con el sistema de calefacción por suelo radiante, los tubos ubicados bajo el suelo generan un flujo muy efectivo de agua calentada mediante energía solar. Es una excelente manera de calentar una estructura grande.
Paneles y energía solar en el campo
Actualmente se producen alimentos y al mismo tiempo se obtiene energía solar en una misma parcela. El despliegue de paneles solares para sombrear las tierras de cultivo, además de impulsar las fuentes limpias, contribuye a la protección de los cultivos de las condiciones climáticas extremas. Combinando paneles solares y tierras de cultivo, (ajustando las estructuras de las placas y eligiendo las plantaciones correctas), la productividad de la tierra puede aumentar hasta un 70%.
Si bien es cierto, la inversión en un campo agrícola puede ser entre un 20% y un 30% superior a la necesaria en un parque solar convencional. Además, algunos cultivos son sensibles a la sombra o a la humedad, exigiendo ajustes en la densidad de siembra, en el riego o en las técnicas de cosecha y requiriendo seguramente maquinaria especial.
Beneficios medioambientales asociados a la energía solar
El uso creciente de la energía solar reduce la cantidad de electricidad necesaria y que se genera por otros medios menos sostenibles, permitiendo recuperar la inversión con relativa facilidad.